A pesar de una campaña de relaciones públicas a gran escala, la sensación esperada con la publicación de un informe de inteligencia estadounidense sobre el origen del coronavirus no se produjo.
Nicaragua se acerca a sus elecciones presidenciales y legislativas el 7 de noviembre en una situación de máxima tensión y con una injerencia extranjera que ha regado de dinero a políticos, activistas y ONGs de la oposición. Mientras, al actual presidente, el sandinista Daniel Ortega le acusan de reprimir y encarcelar a los otros candidatos.
Láminas mostradas ayer, en rueda de prensa por el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, en las que se evidencian los vínculos de la oposición violenta, es decir Voluntad Popular (Leopoldo López y compañía) y Primero Justicia, entre otros, con las bandas criminales que han estado ejecutando acciones terroristas contra la paz ciudadana, en Caracas. Es un plan para desestabilizar al gobierno e implosionar los esfuerzos que se avanzan por el diálogo y el venidero proceso electoral.
Mientras que los medios occidentales ocultan sus problemas de credibilidad, estos pseudo-expertos y fantasmas han ayudado a impulsar la guerra sucia en Siria.
Cuando se trata de cabildeo profesional en los Estados Unidos, muchos citan sectores de la economía estadounidense como el petróleo y el gas, los bancos, las empresas de inversión y financieras como los principales cabilderos del Capitolio. Antes de la Segunda Guerra Mundial era así. Sin embargo, han llegado otros tiempos.
Cuba fue sacudida por una serie de protestas callejeras contra el gobierno a principios de la pasada semana. El establecimiento estadounidense inmediatamente elogió los eventos, poniendo todo su peso detrás de los manifestantes. Sin embargo, los documentos sugieren que Washington podría estar más involucrado en los eventos de lo que se divulga públicamente.
La teoría de la fuga de laboratorio, de que el COVID-19 se filtró de un laboratorio, ha vuelto a causar clamor desde principios de este año, meses después de que el argumento fuera arrojado a la basura de las teorías de la conspiración por una abrumadora cantidad de científicos.