Un diálogo revelador en la rueda de prensa del Departamento de Estado:
“Victoria Nuland (portavoz): Antes de dejar el tema de Siria, quiero atraer su atención sobre el informe de Human Rights Watch que identifica 27 centros de tortura que los servicios de inteligencia del Gobierno sirio, según HRW, han estado utilizando durante la represión de los manifestantes pro democracia. El informe revela que decenas de miles de sirios están detenidos y que se están cometiendo actos de tortura horribles e inexplicables, incluidos… bueno, no voy a repetirlos aquí, les dejo que lo lean ustedes mismos. En muchos casos, HRW alega que incluso niños han sufrido torturas en el régimen de Asad.
Matt Lee (periodista de la agencia AP): ¿Cree que el informe es creíble y sólido? ¿Lo está apoyando? ¿Dice que…?
Nuland: No hay razones para creer que el informe no sea creíble. Se basa en testimonios de testigos y representa a un amplio grupo de personalidades en favor de los derechos humanos en Siria.
Lee: Por tanto, la próxima vez que HRW difunda un informe crítico con el tratamiento israelí a los palestinos, supongo que usted dirá lo mismo, que encuentra el informe creíble y basado en testimonios de testigos.
Nuland: Como…
Lee: ¿Y no dirá que el informe tiene motivaciones políticas y que debería ser rechazado?
Nuland: Matt, como ya has dicho en muchas ocasiones en esta sala, no siempre somos consistentes.
Lee: En otras palabras, cualquier cosa que HRW diga sobre alguien que no les gusta, eso está bien, pero si critican a alguien al que apoyan, entonces no vale ni el papel en el que está escrito.
Nuland: Matt, no voy a entrar en un coloquio sobre este asunto”.
Iñigo Sáenz de Ugarte